¡Bienvenidos, lectores!

Os doy la bienvenida al blog de una adolescente dónde expresará su forma diversa de ver el mundo a todo color.

miércoles, 23 de noviembre de 2011

Traición

(Sé que os prometí una entrada de crucero, pero digamos que esta entrada me urge, ¿oks? Mas que nada, me urge porque sé que si no la publico ahora, no lo haré nunca. Gracias por entenderlo)
Hace mucho que no hablo sobre algún sentimiento (desde las primeras entradas del blog, para ser exactos), así que hoy toca que os hable sobre la traición. ¿Que porqué me ha dado por hablaros de esta? Pues porque hoy me he dado cuenta de que un amigo que te traiciona, sea de la manera que sea, no se merece tu amistad, tu cariño ni tu nada. Lo máximo que se merece es una patada en el cu**, con perdón. 
Definición: Es traición renegar con dichos o acciones (sean estas involuntarias o voluntarias), un compromiso de lealtad hacia una idea, o grupo de pertenencia. Familiarmente, la traición consiste en defraudar a familia, amigos, grupo étnico, religión, u otro grupo al cual pueda pertenecerse, haciendo lo contrario a los que los otros esperan (Wikipedia)


Para mí, una traición se puede dar de mil maneras diferentes, pero os dejaré algunos ejemplos:
-¿Puede ser que un@ amig@ en el que pienses que puedes confiar, desvele todos tus secretos? 
-¿Puede ser que un@ amig@ al que has apoyado incondicionalmente en el momento más duro de su vida, te abandone así por las buenas de un día para otro?
-¿Puede ser que un@ amig@ que pienses que te ayudará cuando pases un mal trago, te deje de lado por el mero hecho de no querer mover un solo dedo por querer ayudarte?
Sí, lectores, sí. Y hay muchas más maneras de traicionar. Yo he pasado por cada una de ellas, y os digo que no es bonito, así que no hagáis lo que no queréis que os hagan. 
Y si alguno de mis compañeros de clase se pasa por aquí y se da por aludido, es problema suyo y paranoia suya ;) 

Y ahora sí que os prometo que la próxima entrada será del crucero. La publicaré todo lo rápido que pueda ¡Xao!

jueves, 3 de noviembre de 2011

Relato de Halloween

-¡No, no pienso hacerlo! -dijo Molly-
-Vamos, hombre... ¡Qué no es para tanto! -objetó Cris-
-Venga, es sólo un trozo de tierra dónde yacen los restos de gente, nada más -ayudé yo-
Lara se limitó a asentir. Al final, conseguimos que Molly aceptara y viniera con nosotras al cementerio la noche de Halloween. Era nuestro plan terrorífico. Iríamos allí cuando oscureciera, montaríamos una tienda de campaña y a la luz de una linterna, contaríamos historias de terror. Iríamos el grupo de siempre: Molly, Lara, Cris y yo, nadie ni nada más.
Llegó la noche de Halloween y nosotras nos adentramos en el cementerio. Cris (la más valiente del grupo) llevaba la tienda de campaña, y caminaba como Pedro por su casa, sin ningún temor. Molly iba pegada a Lara del brazo, sintiendo terrible terror. Y yo iba cerrando la fila, la última de todas. Caminando hacia la zona de césped en la que teníamos pensado acampar, vi en una de las lápidas un póster de un extraño grupo de lo que al parecer era Heavy Metal o algún otro tipo de música extravagante. A mí que me encanta la música Heavy, no pude reprimir mis impulsos de acercarme. "Al fin y al cabo, el muerto no lo necesitará más, ¿no?" pensé. Así que retiré las rosas que había encima del póster y lo cogí, lo doblé y lo guardé en la mochila que llevaba colgada a la espalda. Así, transcurrió toda la noche, sin zombies ni vampiros ni ningún otro tipo de muerto viviente, como cuentan en otras historias. A las 3 de la madrugada, recogimos el campamento y cada una volvió a su casa, a su cama calentita y cómoda.
Yo saqué el póster de mi mochila y lo colgué en la pared con un par de chinchetas. Me acosté y dormí con los atentos ojos de los cantantes del póster mirándome.
A la mañana siguiente, llamé a casa de Cris, después a la de Lara y a la de Molly, y en las tres casas me dijeron que sus hijas no habían vuelto anoche, que creían que se habían quedado en mi casa a dormir. Después de colgar el teléfono, me fijé en que el póster se había descolgado de la pared. Yo lo levanté, lo doblé y lo guardé en un cajón. Antes de doblarlo, vi (o eso creo que vi) que había 3 personajes más en el póster, una batería, otra guitarra y otra cantante.
No le di importancia, porque podía haberlo mirado mal anoche, ¿no?


Moraleja: No les quites nada a los muertos