¡Bienvenidos, lectores!

Os doy la bienvenida al blog de una adolescente dónde expresará su forma diversa de ver el mundo a todo color.

jueves, 28 de febrero de 2013

Clases de sexualidad

No, eh, eh, no. No penséis que vengo a daros clases de sexualidad. Ni mucho menos. Estoy aquí para contaros mi experiencia en un taller de sexualidad. Veréis, el otro día fui con mi clase del instituto a que nos explicaran este tipo de cosas, para prevenirnos porque saben que estamos en una edad chunga y que ahora la información pasa de oídos a oídos, rumores a rumores y así estamos.
Siempre es interesante ver cómo reacciona la gente a esta clase de información. Claro que, en los tiempos que corren para mi generación, "ya todo se sabe". Pero sigue habiendo de esos niños burbuja a los que sus padres protegen de cualquier información sexual, que son muy impresionables, y que de repente les pongan un pene de porexpán en frente, pues les puede dejar trauma. Estoy exagerando, claro... O quizá no esté exagerando y no lo sepa.

ABSTENERSE DE LEER GENTE IMPRESIONABLE. GRACIAS.

En resumen: Nos hablaron una y otra vez de los métodos de anti-concepción, preservativos en especial y de las enfermedades de transmisión sexual (ETS), lo más importante. También, la parte con la que mejor nos lo pasamos fue con ese famoso pene de porexpán (no, no era una broma). Nos dieron un condón a cada uno y un pene para cada dos o cada tres, y por turnos le fuimos colocando nuestro preservativo al pene. Fue muy gracioso cuando una de las chicas que explicaban en la clínica (porque fuimos a un centro de salud) dijo al repartir los penes "MÁS PENES POR AQUÍ, PENES POR ALLÁ" y para recogerlos "BUENO, DADME MIS PENES".
Somos muy maduros cofcofironíacofcof, pero hay que admitir que eso fue muy muy gracioso.
Así que, nos fuimos todos con las manos pegajosas y riéndonos de la vida, los penes de porexpán y los lubricantes para el sexo oral.

YA PODÉIS VOLVER A LEER, GENTE IMPRESIONABLE. 

Feliz fin del mes más corto del año, gatitos. Aprovecho para deciros que he añadido otro libro a mi lista de libros finiquitados, que es "Divergente", de Veronica Roth. Más adelante, la entrada del libro.
¡Hasta la próxima!

viernes, 15 de febrero de 2013

"Buenos días, princesa."

Lo primero de todo, feliz San Valentín, amores. Con un día se retraso, pero bueno. Hoy, como regalo de mí a vosotros en este día de los enamorados (que fue ayer) es una reflexión.
Hoy en día, casi todas vosotras os moriríais porque un chico es despertase con la frase "Buenos días, princesa". Esta frase ha esta presente en infinitos estados de Tuenti, tuits en Twitter y fotos de Facebook. Cualquier foto creéis buena para colocarle esa frase. Hasta la habéis hecho mutar genéticamente hasta convertir una frase tan bella en algo como "VûuHenÓòs dHiîaSh PhrÎncËSsha". 
Y mi deber de hoy es culturizaros, paletos y paletas, a vosotros que no sabéis de dónde viene la frase pero que aún así mojáis las bragas cuando os la dicen. 

"¡Buenos días, princesa!" (como frase original "Buongiorno, principessa!")  es la frase con la que Guido Orefice saluda cada mañana a la mujer de la que está enamorado, Dora, con la intención de enamorarla a ella, en la película "La Vida es Bella", basada en el libro "Al Final Derroté a Hitler", de Rubino Romeo Salmoni. Y así, día tras días, mañana tras mañana, sólo con ese saludo y una sonrisa, Guido consigue que Dora se enamore de él. Una película que, si no has visto, no puedes entender el valor sentimental que tiene. 
Y, esto, señores, es a lo que yo llamo decadencia humana. Pobre Roberto Benigni, saber la de horrores que se cometen con una frase tan pura y preciosa. Así que, ved esta película, a ver si después tenéis el valor de seguir usando tan perfecta frase a la ligera.

Como curiosidad diré que a mí nunca me han dicho "Buenos días, princesa", pero sí "Buenas noches, señorita", y ambas me parecen dos perfecciones. 

Termino esta entrada reflexiva de San Valentín del 2013 con una cita de Cyrano de Bergerac:

"El amor es la pasión por la dicha del otro."

sábado, 9 de febrero de 2013

Estado de trislicidad

Todos nos hemos sentido alguna vez tristes sin una razón en concreto. Así, de repente y por las buenas, te da un bajón y un día perfecto se vuelve desdichado sin razón aparente. ¿Por qué hace esto nuestra mente? No lo sé, y tampoco sé cómo remediarlo.
¿Será porque nuestra mente no puede soportar ser del todo feliz? Leí una vez que los bajones suelen darse por la noche, porque es cuando la mente está más débil y cansada y no tiene energía para seguirse autoengañando.
Por eso, a esos momentos en los que no tienes nada por lo que entristecerte pero aún así lo haces, los he llamado "momentos de trislicidad" [tristeza + felicidad = tris-licidad (BuDumTss)]
Lo sé, lo sé, mi habilidad para ponerle nombre a las cosas os ha dejado K.O.
Aunque lo más probable es que nunca encuentre una respuesta, seguiré pensando el por qué de este estado absurdo que sólo sirve para hacernos desdichados (momentáneamente). Si vosotros llegáis a alguna conclusión, estaré encantada de oírla/leerla.
~~~~~~~~~~~
Ola k dise?