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viernes, 6 de enero de 2012

Cattie Carlot: La búsqueda del regalo - Parte 2

-¡Ya sé! ¡Mira eso!
Johnny miró en la dirección a la que apuntaba el dedo de su hermana.
-¿Y qué, Cattie? ¿Qué le pasa a la chimenea?
-Johnny, ¡abre bien los ojos! Ahí hay una cuerda, ¿no la ves?
-Pues no... Yo no veo nada, Cattie.
-Hazme caso, Johnny, deja de dudar de mí. Ahí arriba hay una cuerda, y tú me tienes que ayudar a subir allí.
-¡¡¿Qué?!! ¿Estás loca? ¿Cómo te voy a subir a la chimenea?
Cattie Carlot miró a su hermano con ojos de corderito.
-Johnny, tienes que creerme... ¿Qué hay de mal en un poco de fe ciega? Hazme caso, sólo por una vez, Johnny...
Su hermano dudó unos instantes.
-Pero, Cattie, ¿y si te caes de ahí arriba? Yo sería el responsable.
-Todo va a salir bien, Johnny, no me voy a caer y vamos a encontrar los regalos, ya verás.
Johnny cogió una escalera y la colocó en la terraza.
-Haber, Cattie, yo voy a subir, y tú te vas a quedar aquí abajo, sujetando la escalera. Si veo la cuerda, te lo digo y subes conmigo, ¿vale?
Cattie Carlot asintió, y así lo hicieron. Johnny subió al tejado y vio la cuerda, atada a una teja colgando del tejado. Hizo una señal a su hermana para que subiera.
-¿Ves que había una cuerda? -dijo, una vez arriba-
-Vale, ¿y ahora qué hacemos?
Cattie siguió la cuerda con la mirada, y se acercó a la chimenea.
-¡Ya sé! ¡Ya sé lo que hay que hacer! Escúchame, tenemos que dejar la cuerda caer chimenea abajo, y después, tenemos que bajar por ella.
-Pero, Cattie, eso nos llevaría al salón, y allí ya hemos mirado, ¿recuerdas?
-Tú hazme caso, Johnny.
Johnny ya había pasado mucho esa mañana como para no creer a su hermana esta vez. Así que dejo caer la cuerda y se deslizó por ella (su chimenea era bien ancha) hasta que, inesperadamente, se topó con algo.
-¡Ay!
Johnny miró hacia abajo. ¡No se lo podía creer! Empujó con los pies lo que se interponía entre el salón y él, hasta que la cosa cedió y el se deslizó cuerda abajo hasta el salón.
-¡Corre, Cattie, baja!
Cattie bajó al salón y vio con orgullo como su hermano y ella había encontrado los regalos extraviados de esa Navidad del 20011.
-¡Estaban atascados en la chimenea! ¡Qué guay!
Y así, Johnny y Cattie se sentaron en la moqueta del salón y comenzaron a abrir sus regalos.

FIN


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