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viernes, 29 de abril de 2011

La pesadilla de cualquier adolescente

Hola, mi nombre es Nieves, y esta es mi historia, pero como yo no tengo la fuerza aún para narrarla, mi amiga Gemma lo hará por mí:
Erase una vez, una chica normal, con una vida normal, nada fuera de lo común. Tenía un hermano mayor, y aunque no era muy brillante en los estudios, le servía para aprobar. Esa chica, pasó Primaria sin repetir, como yo decía, completamente normal, una chica más. Llegó al Instituto, emocionada, como no. Allí me conoció a mí, una de sus mejores amigas, y a un par de chicas más con las que podía contar. Pero, un día, el oscuro momento llegó, y no sé de que forma, todo empezó allí. Yo no estaba, pero rumores que circulan (rumores muy ciertos) dicen que Nieves se buscó un enemigo. ¿Creéis que el enemigo era un matón? ¿Quizás una matona? No, el "matón" era un chica enana, mucho más bajita y flacucha que Nieves, pero que no sé de qué manera, fundó el pánico en su ser. El primer día, no pasó nada, ni el segundo, ni el tercero, incluso el cuarto estuvo claro. Un día, quizá el décimo, o el quinto, perdí la cuenta, subía yo con Nieves por las escaleras, cogidas del brazo las dos. De repente, noto que Nieves se tambalea, y la agarro con fuerza para que no se caiga. Como os imaginaréis, no se calló porque le dio una brisa de aire. Otro día, bajaba con ella hacia el recreo, por las mismas escaleras, y quedando escasos escalones para el final, Nieves da un tumbo, casi cayendo, pero no, consiguió mantener el equilibrio con dificultad. ¿A qué no adivináis quién estaba presente en los dos casos? Por último, vi con mis propios ojos como se mofaba de mi amiga, y como ella no hacía nada para impedirlo. Pero ella no quería hablar con sus padres, ni con los profesores, pero tampoco quería defenderse.
-Todo el colegio se pondría de parte suya si tiene que decidir, no tengo nada que hacer.
Me dice a menudo. Yo la digo que ella es mucho más alta, y fuerte, y que con su hermano no la tendría que tocar un solo pelo. Pero ella se deja humillar, no porque quiera, sino porque no sabe como evitarlo, o porque no tiene la autoestima suficientemente alta como para intentar evitarlo. Porque, otro detalle que se me había olvidado, casi toda la gente de la clase la tiene manía, quitándome a mí y a otro par de chicas. Un día, llego a clase como otro, y la "matona" le hace otra de las suyas, y en el recreo, no puede más, estalla. Al día siguiente, me llega la noticia de que decide cambiarse de instituto, que ya lo ha hablado con su madre y que se iría a casa de su tía a vivir.

¿Qué opináis?

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