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Os doy la bienvenida al blog de una adolescente dónde expresará su forma diversa de ver el mundo a todo color.

viernes, 18 de marzo de 2011

Paciencia, tengo mucha...

...pero cuando se me acaba, la podemos tener gorda... Os explico lo que me pasó el miércoles:
Esta es la historia de una chica y un chico, la chica se llamaba Gemma y el chico se llamaba... R (Si saco tiempo,   haré una ficha nueva con un par de chicos ;)) Estas dos personas se llevaban a rabiar, siempre discutiendo y peleándose, pero en el fondo eran buenos amigos. El caso, es que un cierto día, en la clase de plástica, va R a mangonearle a Gemma los rotuladores. Gemma, como buena chica que es, se los deja a medida que se los va pidiendo. Primero el naranja, luego el verde... Llega y dice que, no le ha roto el rotulador, pero que la parte de atrás se ha salido, pero seguía funcionando perfectamente. Así que, después de darle el rotulador verde de nuevo, R le pide el rotulador azul. Una chica que estaba sentada en la mesa con Gemma, le dice:
-Yo que tú, no le volvía a dejar nada...
Y R repite....
-¿Me dejas el rotulador azul?
Gemma se ríe, y le dice que no. Un segundo más tarde, cuando R ya se había sentado, Gemma le fue a llevar el rotulador. Era obvio, ¿no? Si se había reído era porque era una santa broma.... solo una santa broma... Llega a la mesa de R, ¿y qué se encuentra? Que el nene ahora está de morritos, vamos, que se enfadó y no le hablaba a su amiga, la que le había ido a llevar el dichoso rotulador. Después de intentar que le hablara, todo en vano, se fue de nuevo a su mesa, farfullando. La chica que estaba también en la mesa le dijo:
-¿Qué ha pasado?
-Nada, que se ha enfadado..
-Déjale.
-Bien dejado está... Mira, que se enfade. Tiene dos trabajos, enfadarse y desenfadarse.
En esto, todos siguieron con sus trabajos de plástica.
Miércoles, jueves, viernes...
Llega el viernes, y R sigue sin hablar a Gemma, ¡por un rotulador! ¡Por una broma! Bueno, la historia sigue, y pasa todo el viernes, y Gemma va y le dice a R...
-¿Puedo hablar contigo?
Él sigue andando un poco más, y después se gira. Gemma dice:
-Vamos, hombre...
Por fin, el nene se digna a hablar...
-Que sí, que vale, que te perdono..
Así, todo borde y con el ego más subido... que no le cabe encima. ¿Qué tiene la chica que decir a esto?
Pero, ¡vamos a ver, chaval! ¡Dejemos las cosas claras! Yo no te venía a pedir perdón, porque no tengo nada por lo que disculparme. Era una broma, y si yo tengo que enfadarme cada vez que haces una de tus "gracietas", me pasaría la vida sin hablarte. Sólo te vengo a decir que si después de esto me sigues sin hablar, allá tú, ya se te pasará la rabieta, y sino, pues mira, tú te lo pierdes. Más claro el agua.

2 comentarios:

  1. Jajajaja claramente adolescente, pero de mayores, también son así los hombres, también. Y luego las raras somos nosotras.

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  2. Bien dicho, VanDer. Y tan adolescente, tiene un pavo el niño...

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